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Experta de IENSA aconseja una detección precoz de los trastornos del sueño por su relevancia en la salud general

El diagnóstico precoz de los trastornos del sueño resulta fundamental para evitar que se cronifiquen y, en general, para preservar el impacto positivo del descanso reparador y de calidad en la salud general de las personas. Así lo considera la neurofisióloga Lucía Carranza, experta de la Unidad del Sueño del Instituto de Especialidades Neurológicas (IENSA).

Los informes de la Sociedad Española de Neurología (SEN) revelan que en España más de cuatro millones de personas padecen algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave. Los más habituales son el insomnio, la apnea obstructiva del sueño, trastornos del ritmo circadiano, el síndrome de piernas inquietas, las parasomnias NREM, el trastorno de conducta durante el sueño REM, la narcolepsia o la hipersomnia idiopática.

“A pesar de estas cifras -subraya Lucía Carranza-, solo se diagnostica al diez por ciento de las personas que los padecen. Sin embargo, resulta esencial detectar las causas y aplicar un tratamiento lo antes posible, ya que un mal descanso puede afectar a la capacidad de concentración, al estado de ánimo o a la realización de las actividades diarias”.

“Y yendo un poco más allá, investigaciones recientes demuestran que no dormir de manera adecuada y reparadora también puede tener repercusión en el ritmo cardíaco y la presión arterial, impactar a nivel metabólico -generando un mayor sobrepeso o un aumento de los casos de obesidad- y afectar al sistema inmune”, añade la neurofisióloga.

Otro de los aspectos que destaca la especialista es la necesidad de abordar estos trastornos con un enfoque multidisciplinar e integral. En este sentido, para determinados pacientes se recomienda un tratamiento psicológico, que, en el caso del Instituto de Especialidades Neurológicas, corre a cargo de la neuropsicóloga Natalia Núñez.

Repunte en pandemia

“Con la pandemia -advierte la experta- se ha notado un incremento sustancial de los problemas de sueño debido al estrés y la incertidumbre, así como a las consecuencias que el confinamiento y las restricciones sociales han tenido sobre las actividades de la vida diaria. La menor exposición a la luz solar, la desorganización de los horarios y el sedentarismo han sido el caldo de cultivo perfecto para que repunten estos trastornos”.

La doctora Carranza resalta que los beneficios del sueño para el organismo “son múltiples”, tanto desde el punto de vista físico como psicológico, e indica que “aunque no todas las personas tienen las mismas necesidades, de forma general para los adultos podemos situar el nivel óptimo en una media de ocho horas de descanso reparador y de calidad; siendo de mayor relevancia la calidad, por encima de la cantidad, que es interpersonal”.

Higiene del sueño

Como principales consejos para mantener una buena higiene del sueño, menciona establecer un horario regular, no comer grandes cantidades durante las tres horas previas; eliminar el consumo de tabaco y de sustancias estimulantes; evitar las siestas largas durante el día; y hacer ejercicio físico de manera regular, aunque unas tres horas antes de acostarse.

“También es importante no usar dispositivos con luz de espectro azul (teléfonos, tablets, ebooks u ordenadores) en las horas previas y prestar atención a factores ambientales como mantener el dormitorio oscuro, tranquilo, bien ventilado y con una temperatura ambiental confortable a lo largo de la noche, que ayudarán a dormir mejor”, enfatiza la doctora Carranza.

 

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