El neurólogo José Manuel Gata analiza las características, diagnóstico y tratamiento de la cefalea en racimos

Cerca de 50.000 personas padecen cefalea en racimos en España. Si bien no constituye el tipo de dolor de cabeza más común, son las más habituales dentro de las cefaleas trigémino-autonómicas y suponen una de las dolencias de cabeza más invalidantes dada la elevada intensidad del dolor, según la Sociedad Española de Neurología (SEN).

El doctor José Manuel Gata, del Instituto de Especialidades Neurológicas (IENSA), analiza las características y el tratamiento de la cefalea en racimos, una enfermedad neurológica cuyo diagnóstico es fundamentalmente clínico, a partir de los síntomas descritos por el paciente, aunque, en ocasiones, se complementa con pruebas de imagen (TAC o RNM) para descartar otras patologías.

Como principales características, más del 70% de las crisis -que se presentan en ‘racimos’ de 2-3 meses de duración y 1-2 veces al año- ocurre durante la tarde-noche y se manifiestan como dolor muy intenso, generalmente alrededor del ojo y/o la sien, y que empieza y acaba de forma abrupta; y se acompaña de congestión nasal o moqueo -por lo que, en ocasiones, se confunde con sinusitis- y/o lagrimeo de ojos.

En este sentido, es una enfermedad bastante incapacitante que afecta en buena medida a la vida de la persona e interfiere en su trabajo o las relaciones sociales. De hecho, José Manuel Gata indica que “el dolor se describe por los pacientes como ‘intolerable’ y, si no se trata, a veces puede llegar a las tres horas de duración y aparecer varias veces al día”.

“Lamentablemente, no existe una cura para esta patología ni se sabe cuál es el origen de estas crisis, aunque sí se han descrito una serie de factores que pueden favorecerlas y que, por tanto, hay que evitar como el alcohol, el tabaco, determinadas drogas, la falta de sueño, las siestas demasiado prolongadas, la exposición a una luz intensa, el calor o los trabajos a cierta altura, entre otros”, detalla el especialista de IENSA.

Consulta con el especialista

La falta de diagnóstico y de un abordaje precoz “puede cronificarla”, advierte Gata, que añade que, en concreto, la SEN apunta a que en un 20% de los casos, la cefalea en racimos se cronifica y un 10% de estos se convierten en refractarios a los fármacos. “Por eso, es muy importante acudir al especialista ante los síntomas descritos, para iniciar la terapia más adecuada o bien descartar otros trastornos”, subraya.

El tratamiento farmacológico, explica el neurólogo de IENSA, se basa en analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos, así como los triptanes, y en la inhalación de oxígeno al 100% para los casos que ocurren durante la noche; mientras que, de forma preventiva, se puede abordar con corticoides, betabloqueantes, calcioantagonistas o anticonvulsivantes.

“En cualquier caso, también es fundamental el acompañamiento y el apoyo emocional del entorno familiar de los pacientes, ya que padecer esta enfermedad puede desembocar en una depresión. Igualmente, es importante incrementar la sensibilización de la sociedad en general, dando información detallada de en qué consiste la dolencia y evitando los prejuicios”, concluye el doctor José Manuel Gata.