El dolor de espalda, y en particular el dolor lumbar y cervical, supone un importante problema de salud a nivel mundial. Sólo en España más del 60% de la población padece este tipo de dolencias y, según los últimos informes al respecto, las patologías de columna se encuentran dentro de los cinco problemas de salud más prevalentes.
Actualmente, una de las opciones para tratar estas enfermedades es el abordaje quirúrgico. En este campo, el más beneficioso para el paciente es la cirugía mínimamente invasiva -también conocida como MISS por sus siglas en inglés-, un conjunto de técnicas que permite que el enfermo pueda irse a su casa en 24 horas tras una intervención, además de una mejor y más rápida recuperación posterior.
Desde el Instituto de Especialidades Neurológicas (IENSA), centro pionero en estas técnicas y que dispone de un amplio equipo de neurocirujanos expertos en este ámbito, se ofrecen a los pacientes las mejores y más modernas soluciones a los dolores crónicos y agudos de origen lumbar y cervical. Sólo en 2022 esta unidad realizó 712 operaciones de enfermedades de la espalda.
El doctor Rubén Franco explica que la cirugía de columna ha avanzado mucho en los últimos años con el perfeccionamiento de las nuevas técnicas MISS, como la intervención de hernias de disco con abordaje con separadores tubulares y con técnica endoscópica, así como también la artrodesis de forma percutánea, con una repercusión importante en la reducción de la estancia hospitalaria, el dolor postoperatorio, el riesgo de infecciones y otras complicaciones.
“Mejor recuperación y menos dolor”
Como comenta el especialista de IENSA, las patologías de la columna vertebral son las principales beneficiadas de estas técnicas aplicadas a la Neurocirugía, ya que permiten que, “haciendo el menor daño posible en los tejidos que rodean la zona a operar, el paciente obtenga la mejor recuperación posible, incorporándose a su vida normal con mayor rapidez y menos dolor”.
En cuanto a qué tipo de patologías pueden tratarse con cirugía mínimamente invasiva, el neurocirujano de IENSA subraya que “casi cualquier patología de la columna vertebral es susceptible de intervenirse mediante esta técnica, y se han descrito abordajes para prácticamente la totalidad de estas enfermedades”.
“El que pueda o no realizarse en un caso concreto -afirma Rubén Franco- dependerá principalmente de las características del paciente, pero, sobre todo, de la experiencia del cirujano y de la disponibilidad que tenga en su centro del instrumental necesario (endoscopio, microscopio, separadores tubulares, neuronavegador, TC intraoperatorio-Oarm, neuromonitorización, etcétera)”, una dotación con la que cuenta el equipo de IENSA en cualquiera de sus centros intervencionistas, como Sevilla, Campo de Gibraltar o Córdoba.
Las patologías que con más frecuencia trata el equipo de Neurocirugía de IENSA mediante abordaje MISS son: hernia discal lumbar, hernia discal cervical, estenosis de canal lumbar, estenosis de canal cervical, espondilolistesis lumbar, quistes sinoviales y fracturas vertebrales toracolumbares.
Pero también realizan abordajes mínimamente invasivos para otras patologías menos frecuentes y más complejas, como hernias discales torácicas, tumores vertebrales, tumores intramedulares y tumores intradurales.
Beneficios de las técnicas MISS
Como beneficios más destacados de estas técnicas mínimamente invasivas, el neurocirujano Rubén Franco resalta que provocan menor pérdida de sangre, una reducción prácticamente completa de las transfusiones y una disminución de la necesidad de analgésicos tanto por vía oral como intravenosa, así como un acortamiento del tiempo para la movilización del paciente y, por tanto, del ingreso hospitalario.
Al mismo tiempo, el doctor Franco valora que este tipo de intervenciones presentan un menor riesgo de infecciones y de fístula de líquido cefalorraquídeo, lo cual evita segundas cirugías y largos tratamientos antibióticos; reducen el dolor del paciente y permiten que pueda incorporarse a su vida social y laboral mucho antes. Igualmente, tienen una menor necesidad de precisar tornillos transpediculares, ya que, al no disecar la musculatura ni dañar los ligamentos de la columna, no la inestabilizan.