Estenosis de canal cervical - Mielopatía Cervical
La mielopatía cervical es una enfermedad en la que la médula espinal en la región del cuello (cervical) se ve comprimida o dañada.
Por qué se daña la médula cervical
1. Degeneración del Disco Intervertebral
- Espondilosis cervical: El desgaste de los discos intervertebrales y las articulaciones facetarias con la edad puede llevar a la formación de osteofitos (crecimientos óseos, conocidos como «picos de loro») que comprimen la médula espinal.
- Hernia de disco: Un disco intervertebral puede abultarse o romperse, ejerciendo presión sobre la médula espinal.
2. Estrechamiento del Canal Medular (Estenosis Espinal)
- La estenosis espinal cervical es el estrechamiento del canal espinal en la región cervical, lo que puede resultar por cambios degenerativos, artritis o crecimiento anormal del hueso.
3. Traumatismos, accidentes de circulación
- Fracturas, dislocaciones o lesiones severas en el cuello pueden dañar directamente la médula espinal o causar hinchazón y compresión.
4. Enfermedades Inflamatorias y Autoinmunes
- Enfermedades como la artritis reumatoide pueden causar inflamación y deformidades en la columna vertebral que llevan a la compresión de la médula espinal.
5. Tumores Espinales
- Tumores benignos o malignos que crecen dentro o alrededor de la médula espinal pueden causar compresión.
6. Infecciones
- Infecciones en los huesos vertebrales (osteomielitis) o en los discos intervertebrales (discitis) pueden causar inflamación y compresión de la médula espinal.
7. Anomalías Congénitas
- Algunas personas nacen con anomalías estructurales que pueden predisponer a la compresión de la médula espinal en la región cervical.
Cada una de estas causas puede afectar a la médula espinal de diferentes maneras y requerir diferentes enfoques de tratamiento. La evaluación médica es esencial para determinar la causa específica y desarrollar un plan de tratamiento adecuado.
En IENSA existen especialistas en Neurología y Neurocirugía que pueden valorar esta patología de forma multidisciplinar y valorar cuál es la mejor opción de tratamiento.
Que síntomas da la mielopatía cervical
La mielopatía cervical puede causar una variedad de síntomas, que pueden variar en gravedad según la extensión de la compresión de la médula espinal y la duración del problema. Los síntomas comunes incluyen:
1. Dolor en el Cuello
- Dolor localizado en la región cervical, que puede ser constante o intermitente.
2. Debilidad y Entumecimiento
- Debilidad en los brazos, manos y, a veces, en las piernas.
- Entumecimiento o pérdida de sensibilidad en las manos, dedos y brazos.
3. Problemas de Coordinación y Equilibrio
- Dificultades para caminar, sensación de inestabilidad o desequilibrio.
- Problemas de coordinación en las manos, dificultando tareas como abotonarse una camisa o escribir.
4. Pérdida de Destrezas Finas
- Reducción en la capacidad de realizar movimientos finos con las manos, como agarrar objetos pequeños, abrocharse los botones de la camisa, contar monedas..
5. Reflejos Anormales
- Aumento de los reflejos (hiperreflexia) en las extremidades.
- Reflejos anormales en los pies, como el signo de Babinski (respuesta extensora anormal del dedo gordo del pie).
6. Dolor Radicular
- Dolor que se irradia desde el cuello hacia los hombros, brazos o manos.
7. Espasticidad
- Rigidez muscular y espasmos involuntarios en los brazos y piernas.
8. Dificultades en el Control de la Vejiga e Intestinos
- En casos severos, puede haber pérdida de control sobre la vejiga o los intestinos.
9. Sensación de Choque Eléctrico
- Sensación de descarga eléctrica que se irradia hacia abajo en la columna vertebral, especialmente al inclinar la cabeza hacia adelante (signo de Lhermitte).
Estos síntomas pueden desarrollarse lentamente a lo largo del tiempo o pueden aparecer de manera más aguda dependiendo de la causa subyacente de la compresión de la médula espinal. Si se presentan estos síntomas, es importante buscar atención médica para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Como se trata
El tratamiento de la mielopatía cervical depende de la causa subyacente, la gravedad de los síntomas y el estado general del paciente. Los enfoques de tratamiento se dividen en conservadores y quirúrgicos.
Tratamientos Conservadores
1. Medicamentos:
– Analgesia: Para controlar el dolor, se pueden usar medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs), analgésicos o relajantes musculares
– Corticosteroides: En algunos casos, pueden ser utilizados para reducir la inflamación.
2. Fisioterapia:
– Ejercicios específicos para fortalecer los músculos del cuello y mejorar la flexibilidad
– Técnicas de rehabilitación para mejorar la coordinación y el equilibrio.
3. Inyecciones de Esteroides:
– Inyecciones epidurales de esteroides pueden ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor.
4. Collarín Cervical:
– Uso temporal de un collar cervical para inmovilizar el cuello y reducir el dolor.
Cirugía
Si los tratamientos conservadores no son efectivos o si hay síntomas severos o rápidamente progresivos como debilidad , pérdida de coordinación, o disfunción de la vejiga o intestinos, puede ser necesaria la cirugía. Las opciones quirúrgicas incluyen:
1. Descompresión vía Anterior:
– Discectomía Cervical Anterior y Fusión (ACDF): Resección del disco dañado y fusión de las vértebras afectadas
– Corpectomía: Reseccion de una parte del cuerpo vertebral para descomprimir la médula espinal y estabilizar la columna vertebral con injertos óseos o dispositivos.
2. Descompresión vía Posterior:
– Laminectomía: Reseccion de una parte de la lámina (parte trasera de la vértebra) para aliviar la presión sobre la médula espinal.
– Laminoplastia: Apertura y expansión de la lámina para ampliar el canal espinal sin resecarla completamente.
3. Estabilización Espinal:
– En algunos casos, la cirugía incluye técnicas de estabilización, como la inserción de tornillos y barras para mantener la estabilidad de la columna vertebral.
Postoperatorio y Recuperación
La recuperación después de la cirugía puede variar según la extensión del procedimiento y la condición del paciente. Generalmente incluye:
Rehabilitación Física
Ejercicios supervisados para recuperar o alenos conservar la fuerza, flexibilidad y función.
Seguimiento Médico
Evaluaciones regulares para evaluar la recuperación y ajustar el tratamiento según sea necesario.
Es crucial trabajar con un equipo médico experimentado como el de IENSA para determinar el mejor enfoque de tratamiento según la situación específica del paciente.